Marisco gallego, el más deseado
El marisco gallego es, sin duda, ampliamente reconocido en España y el resto del mundo como el mejor, entre otros por sus ostras -la reina indiscutible del marisco-, pero también por exquisiteces como los percebes o los santiaguiños, ejemplares tan selectos como escasos, para los que saben bien elegir.
Y es que más de mil kilómetros de costa y arrecifes en las frías y movidas aguas del litoral gallego dan para mucho. Esta ubicación privilegiada es, sin duda, la que le permite ofrecer un marisco muy superior tanto por la textura de su carne como por su exquisito sabor. Al natural, cocido o a la plancha el marisco resulta, además de sabroso, un alimento muy nutritivo y saludable.
Pero el marisco gallego es tan variado como abundante, desde el popular Pulpo a feira que tierno y en su punto no hay quien se le resista, hasta una deliciosa ración de percebes, nécoras o langosta, que serán platos para no olvidar.
Aunque si hay que hablar de selectos y exquisitos, el percebe está siempre en la lista de los más deseados. Los hay de Francia, Portugal o la costa de Marruecos, pero sin duda el más preciado es el gallego. Se distingue por su forma, más robusto y corto; pero sobre todo por su sabor. Dicen que bien vale la pena su difícil captura por el placer de degustar tan exquisito bocado. No en vano los percebeiros se juegan la vida en los acantilados a mar abierto donde crece este codiciado crustáceo pegado a las rocas.
También los hay menos conocidos como los Santiaguiños. De cuerpo robusto y aplanado, algunos lo emparentan con la langosta por su apariencia, mientras que grandes críticos lo sitúan por encima del percebe en su sabor. Su nombre viene por el parecido de sus espinas con la cruz de Santiago, siendo bautizado con el gentilicio de sus habitantes. Muy poco común y prácticamente único de origen gallego, resulta difícil de encontrar entre otras cosas por su corto período autorizado de captura, lo que lo hace aún más exclusivo.