Ortigues de mar -o l’anemone que es va convertir en marisc-



Esta anémona de aspecto primario y marino visita nuestro escaparate por estas fechas con la llegada del verano. Curioso, no son muchos los que las conocen, por eso nos gusta tenerlas –cuando se puede- para sorprender a nuestros clientes; se trata de las anémonas marinas, más conocidas como Ortiguillas de mar, sobre todo por las costas gaditanas.

Lo cierto es que las Ortiguillas, nacidas como alimento de fritura en épocas de penuria durante la posguerra española en la Bahía de Cádiz, transformaron la necesidad en virtud y así es como ahora han pasado, y con justicia, de marisco de pobre a exquisito manjar.

¿A qué se parecen las Ortiguillas?

ortiguilla vivaA simple vista y para muchos parecen algas, pero en realidad es un animal. Esta extraña delicatesen marina cubierta
de pequeños tentáculos de puntas rosadas y colores liliáceos se fija fuertemente a las costas rocosas y se mueve con el vaivén las olas. Así se veían en la película de Buscando a Nemo.

El caso es que son muy vistosas y bonitas en el fondo del mar, pero una vez sacadas se mantienen frescas muy poco tiempo –siempre en agua de mar- porque luego se oxidan y pierden su color, con una apariencia menos vistosa. Es por eso que es difícil tenerlas, además no se pueden congelar y envasadas al vacío pierden mucho, así que tienen muy poca difusión.

Ortiguillas fritas: Crujientes por fuera, suculentas por dentro

ortiguillas fritas mariscoLa forma más usual de comerlas es fritas, que es como mejor se disfruta su sabor. Quien no las ha probado nunca se queda perplejo ante su intenso sabor marino e insólita textura. El rebozado logra el contraste de sus crujientes tentáculos por fuera con el suculento y exquisito sabor marino de su interior. Así que si un día se pasa por Cádiz o se acerca a nuestro Restaurante y tiene la suerte de encontrarlas en el escaparate, no deje de probarlas, se llevará una grata sorpresa.