El Santiaguiño: Curioso, escaso, pero sobretodo sabroso!
Mariscos hay tantos y tan variados que no siempre nos podemos quedar con las ostras y las gambas, por muy buenas que estén. Y el Santiaguiño es uno de esos animalitos curiosos, pero sobretodo sabrosos que nos trae el mar. De apariencia prehistórica y serena, es poco conocido pero sin duda uno de los más apreciados y suculentos mariscos del litoral gallego.
Este extraño crustáceo de cuerpo robusto y aplanado, nos recuerda a la langosta, pero mucho más pequeño, entre 7 y 10 cm., y con antenas ensanchadas en forma de pala. Su color es pardo oscuro a rojo intenso en los bordes de las espinas del caparazón.
Las mismas espinas dorsales que al cocerlo evidencian el origen de su nombre, pues nos muestran claramente la Cruz de Santiago.
Vive en fondos rocosos y grietas, sin alejarse mucho de la orilla, en las aguas del litoral Cantábrico y Atlántico. Resulta difícil de encontrar entre otras cosas por su corto período autorizado de captura, lo que lo hace aún más deseado. Poco común y un tanto escaso por eso es tan exclusivo. No hay que confundirlos con la Cigala Real, más grande y de color claro, pero de forma muy similar.
El caso es que el santiaguiño resulta un verdadero manjar para los amantes del marisco y toda una exquisitez para los paladares más selectos. Hay quienes lo sitúan, incluso, por encima del percebe. Su carne sabrosa y firme, a pesar de su tamaño, se aprovecha de la cabeza a la cola y quienes lo conocen, lo saben. Cocidos o a la plancha, también salteados, son toda una delicia.
En pocos restaurantes se puede degustar y ya se sabe que lo nuestro es el producto, así que si su visita a Carballeira coincide con un Santiaguiño en nuestro expositor, no deje de probarlos!