Sobre gambas, gambitas… langostinos y camarones
Cuando se habla de comer marisco, lo primero que se nos viene a la cabeza son unas gambas saladitas y jugosas.
Naranjas, rojas… ¿o eran blancas?, ¿o mejor cocidas?, ¿langostinos? Seguramente ese plato de camarones gallegos con cabeza en punta y elegante sabor también está en mente, o un potente carabinero, rojo intenso y muy brillante de los que ocupa casi el plato entero en solitario.
Gambas y gambitas, ¿cuáles son las mejores?
España es lo que tiene, una oferta tan amplia y sabrosa de crustáceos que a algunos puede llegar a confundir. Pero cada especie se distingue de entre las buenas y muy buenas, por su origen y sabor. Salvajes y frescas eso sí, las cultivadas son otra cosa. Aquí os daremos algunas claves.
La gamba roja, del Mediterráneo
Las de Denia o Palamós tal vez las más aclamadas, cada pueblo reclama la suya. Aunque aquí, nos permitimos hacer un guiño también a la gamba roja de Garrucha, Almería, con denominación de origen. Esta gamba escasa y deliciosa, ocupa un merecido lugar en el podio de las mejores.
La gamba roja, sin duda, la joya del Mediterráneo. Trasparente y cristalina define su frescura. Su jugosidad, textura y sabor son su mayor reclamo. A la plancha y no muy hechas, con un poco de sal gorda para realzar su sabor y disfrutarlas en todo su esplendor.
Gamba blanca, la de Huelva.
De las aguas del Atlántico en costas andaluzas nos viene la gamba blanca de Huelva donde es la reina de las lonjas, aunque hay que saber distinguirla de imitaciones. La auténtica gamba blanca de Huelva es muy estilizada, a diferencia del langostino o de otras gambas.
Su sabor, tal vez, más fino y delicado que el de la gamba roja.
Langostinos, nos gustan los de Vinaroz
Por su tamaño, calidad y frescura el langostino de Vinaroz no tiene competencia. Tanto por la carnosidad y tamaño de su cuerpo (llegan a medir hasta 20 cm.), como por su exquisito y sorprendente sabor.
Camarones, sin confusiones, los nuestros son gallegos.
En diversas partes de Sur América se llaman camarones tanto a gambas como a langostinos y en países de habla inglesa parece no estar muy claro tampoco la diferencia entre shrimp o prawn.
Incluso en nuestro país se confunden camarones con quisquillas. El camarón gallego es más pequeño, curvado y rosado. En la cocción también más rojo y su sabor más intenso. Tienen la cabeza triangular y aguda y se caracterizan por su larga espina serrada en la parte superior de la cabeza. El camarón gallego es uno de los mariscos más apreciados y cotizados de las costas gallegas por su exquisito sabor y textura.
Nuestra cocina es gallega, aunque por nuestra ubicación privilegiada, también es Mediterránea, por eso tanto en nuestro escaparate como en las sugerencias del día, siempre encontraréis alguno de estos deliciosos tesoros.